FOUCAULT fue certero:
“No creo en absoluto que nuestra sociedad sea democrática. Si uno entiende por democracia el efectivo ejercicio del poder por una población en la que nadie esté dividido u ordenado jerárquicamente en clases, es absolutamente claro que estamos muy lejos de la democracia. Es también claro que vivimos bajo un régimen de dictadura de clases, un poder de clases que se impone a sí mismo mediante la violencia, siempre cuando los instrumentos de esa violencia son institucionales y constitucionales. Y esto ocurre en un grado que impide que exista una verdadera democracia”.

Los vicios del pasado y el presente

“En el histórico Noveno Pleno del Comité Central, que se realiza el 2 de octubre de 1940, Galo González entrega un Informe en que enfoca críticamente la acción del Partido a dos años del triunfo del Frente Popular. Un informe rectificador, que analiza a fondo la conducta de la dirección y señala sin ambages todos los defectos y errores en que ella ha incurrido: la conciliación ("…en lugar de luchar por la hegemonía del proletariado dentro del bloque popular, habíamos hecho una política bastante conciliadora, olvidando que con la constitución del Frente Popular no desaparecen los partidos y las clases y, por consiguiente, la lucha de clases, sino que ésta continúa y se desarrolla en nuevas formas"); el practicismo sin horizontes: ("...enfrascados en el practicismo, habíamos perdido un poco las perspectivas de la lucha revolucionaria, y una vez obtenido el triunfo en las elecciones y conseguidas ciertas libertades, dejamos que nuestros aliados archivaran el Programa"); las ilusiones: ("no reaccionamos a tiempo; no explicamos suficientemente; no enseñamos al Partido en qué forma debía realizar sus luchas bajo el Gobierno del Frente Popular, y que no había que sembrar ilusiones que significaban frenar las luchas por las reivindicaciones de las masas").

La rectificación tiene que hacerse a través de lo que constituye el motor de todo cambio: la lucha de las masas: (“por consiguiente, la historia demuestra que si queremos reforzar y desarrollar el Frente Popular, mejorar las condiciones de vida y de trabajo del proletariado y de la población laboriosa en general, no nos queda otra cosa que marchar audazmente por el camino de la movilización, organización y lucha de las masas”).


[“Galo González y la construcción del Partido”, por Luis Enrique Délano.
Imprenta Horizonte, 1968, páginas 35 y 36.]
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