FOUCAULT fue certero:
“No creo en absoluto que nuestra sociedad sea democrática. Si uno entiende por democracia el efectivo ejercicio del poder por una población en la que nadie esté dividido u ordenado jerárquicamente en clases, es absolutamente claro que estamos muy lejos de la democracia. Es también claro que vivimos bajo un régimen de dictadura de clases, un poder de clases que se impone a sí mismo mediante la violencia, siempre cuando los instrumentos de esa violencia son institucionales y constitucionales. Y esto ocurre en un grado que impide que exista una verdadera democracia”.

CÓMO SE FRAGUÓ LA LEGISLACIÓN QUE TIENE A CHILE AL BORDE DEL COLAPSO HÍDRICO. Otro drama nacional obra esencial de la concertación.


 Se ha “desarrollado un mercado del agua fuera de toda regulación, Chile se está secando. El diagnóstico es oficial, pero ni las autoridades ni las instituciones asumen la magnitud del problema.    
   Fallas de regulación que se arrastran por más de 30 años han terminado por crear profundas inequidades en la asignación del recurso […].
   Según la ley, el agua para consumo humano no es más importante que el agua para suministro minero o agrícola. Las prebendas establecidas por el Código de Aguas a favor de intereses privados, y cuyo epítome ha sido la consolidación de un lucrativo y desregulado mercado de las aguas, colocan nota roja a Chile en la gestión de un elemento clave para la calidad de vida de la población…” (CIPER Chile).