FOUCAULT fue certero:
“No creo en absoluto que nuestra sociedad sea democrática. Si uno entiende por democracia el efectivo ejercicio del poder por una población en la que nadie esté dividido u ordenado jerárquicamente en clases, es absolutamente claro que estamos muy lejos de la democracia. Es también claro que vivimos bajo un régimen de dictadura de clases, un poder de clases que se impone a sí mismo mediante la violencia, siempre cuando los instrumentos de esa violencia son institucionales y constitucionales. Y esto ocurre en un grado que impide que exista una verdadera democracia”.

CUBA y ESPAÑA. Acto recordando a los voluntarios cubanos defensores de la República Española durante la Guerra Civil.


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CUBA y dm. chilenos.


Democristianos exigen explicaciones al comunista chileno; nos recriminan ser castristas; para ellos significaría algo así como ser antidemocráticos.
   En verdad, el gobierno democristiano 1964-1970, quedó manchado de sangre obrera: en una localidad que hoy integra el distrito parlamentario del sr. Carmona (El Salvador, perteneciente a la comuna de Diego de Almagro), fueron asesinados mineros y sus familiares.
   En ese mismo período se perpetró en Puerto Montt el asesinato de pobladores, que motivó a Víctor Jara a cantarle a uno de sus principales responsables, el entonces ministro del interior Edmundo Pérez Zujovic, padre de los hermanitos Pérez Yoma.
  Por si fuera poco, su facción predominante saboteó al gobierno de Allende, urdiendo condiciones y ambiente para el golpe patronal-militar.
   El mismo gobierno que Teillier se esmera en blanquear, mediante acciones y discursos que la historia y la memoria desmienten radicalmente. Pese a ello, al joven militante se le instruye: “Frei Montalva fue un estadista memorable, su gobierno fue admirable”. Así deforman a la militancia de hoy.
   A pocos kilómetros del imperio, aún cercada, hostigada y aislada económicamente, la gesta cubana continúa. Más incluso, puede sentir el orgullo de ser parte de la liberación de no pocos pueblos en el mundo, y de haber solidarizado y colaborado con muchos otros en su combate al imperialismo y al fascismo. Ni el mejor historiador podrá dimensionar su trascendencia al haber mantenido la bandera en alto frente y después del derrumbe de las burocracias, dignificando y motivando a continuar la lucha a otros millones en todo el mundo.
   Pasaje histórico desconocido: ya antes de la Revolución su Pueblo tendía manos a luchas fuera de sus fronteras.  Los republicanos españoles lo saben…véase documento…
   Compromiso, coraje y solidaridad inconmensurables.  
Un fraternal saludo desde Chile.

Documentos relacionados con cubanos y la República Española:

Agradecimientos al sitio La pupila insomne.

CUBA Y LA REVOLUCIÓN. Se cumplen 55 años del ingreso a La Habana.

Matías CATRILEO QUEZADA. Actividad.

LA BASE, de Luis Enrique Délano. La base de ayer y la cúpula de hoy.

LA BASE. Por Luis Enrique Délano.


La base de ayer y la cúpula de hoy.

En la novela que ahora hacemos accesible, Délano logra una hermosa y emotiva descripción; inteligentemente, trabajó el relato desde varias perspectivas humanas, enlazadas por amores e ideales concretados en común acción políticosocial.

“…Fue un domingo. Fingiéndonos representantes de una casa vendedora de ampliaciones fotográficas, nos metimos subrepticiamente en un fundo cerca de Melipilla, una de las muchas propiedades del senador Maury. Estábamos de acuerdo con un inquilino que simpatiza con el Partido y recorrimos una buena parte de la propiedad hablando con los campesinos, conociendo sus problemas y sus miserables condiciones de vida, para denunciarlos después en la prensa partidaria. Había que trabajar rápido, porque en cualquier momento los capataces de Maury podían descubrirnos. Mientras el compañero Esteban y Green hablaban a los grupos de inquilinos que habían acudido, instándolos a constituir un sindicato y a buscar contacto con los peones de los fundos vecinos, yo conversaba con las mujeres…”.

Párrafo indicativo; situado en la segunda mitad de los años 50 del siglo XX, reseña cuando la misión partidaria se enfocaba a despertar conciencia, motivar y organizar, procurando defensa y avance por cambios reales, desde y con nuestro Pueblo.

Recuerda como básica misión comunista tanto el nutrir aprecio por cada uno reconociendo la propia dignidad, como el sembrar conciencia y expectativa sobre la posibilidad de cambio real, de que el mundo puede ser distinto.

Comportamientos tan diversos al presente espectáculo cupular.

Es que nunca fue parte del libreto comunista ejecutar el papel de cortesanos del poder, esmerando zalamería hacia mentirosos/as y corruptos/as.

Queda para la historia el espectáculo del lunes 18 de noviembre: dos jóvenes se prestan para ser mostradas por Bachelet como sus subalternas, como operadoras suyas en el nuevo Congreso. Escena condimentada con el entusiasmo de aquella de meteórica promoción interna e indisimulable ambición y afán de figuración, blanqueando a la concertación y comprometiendo la política partidaria: “se apoyará en todo a la futura presidenta” (en lo que haga y en lo que no haga).

Permitiendo ser exhibidas como logro o trofeo bacheletista, cuadrándosele y sirviendo como su fondo de pantalla, no queda espacio para la independencia.

¿Pragmatismo lukácsiano, táctica para avanzar posiciones de hegemonía sugerida por Gramsci? En verdad, parece mucho más humano que eso; los favores y respaldos electoreros individuales hay que pagarlos; sobre todo en política. Teillier lo sabe muy bien.

Sin embargo, los favores los deben ellos, no el Partido, más incluso cuando, ya ocupando tales sillones, sus guías mayores han procedido de modo diverso. Para aquellos compañeros y compañeras que guardan altas esperanzas sobre el comportamiento legislativo de los miembros del próximo grupo parlamentario, será útil que revisen atentamente cómo -los actuales- han votado durante el lapso 2010-2013; por ejemplo, en materia de leyes del trabajo, ayudando a acentuar la dependencia y subordinación laboral -y por tanto política- de los trabajadores. Lo más reciente, aprobando cambios que lesionan al trabajador del turismo.

Operan la pauta elaborada por la concertación.

Superando autoengaños, más que atender a lo que dicen, indáguese lo que verdaderamente hacen.

Destacamos la conducta digna de otros compañeros y compañeras; no la hipotecaron ni antes ni durante la campaña; no son diputados ni consejeros regionales; pero, como comunistas y como dirigentes sociales continúan siendo valiosos. Y, hoy día, tal vez más necesarios allí.

Acceder al libro LA BASE, de Luis Enrique Délano.

Indignarse no basta. Entrevista a Pietro INGRAO.

http://dispensario22.files.wordpress.com/2013/12/indignarse-no-basta-pietro-ingrao.pdf

Pietro Ingrao. …Indignarse no basta.
Nace el 30 de marzo de 1915 en Lenola. Desde 1936 participa en el combate antifascista y activamente en la Resistencia. En 1947 asume la dirección de "L´Unitá" (diario del Partido Comunista Italiano) hasta 1957. Fue diputado desde 1948 hasta 1992. En 1968 fue elegido presidente del grupo parlamentario comunista. Entre 1976 y 1979 fue presidente de la Cámara de Diputados de Italia. Dirigió el Centro de Estudios e Iniciativas para la Reforma del Estado entre 1975 y 1992.
   “…La esperanza, como la indignación, es un sentimiento. Y por el contrario, proponerse alcanzar eficazmente un objetivo significa hacer que surjan y poder orientar las fuerzas, verificar los modos y, precisamente, las formas a través de las cuales el encuentro y la lucha se llevan a cabo. Es la política…”.

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Tomarse en serio la desobediencia civil. Juan VELASCO ARROYO.

Tomarse en serio la desobediencia civil.
Juan VELASCO ARROYO.
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Desobediencia civil. Emilio ALVARADO.


“…La aceptación o no de la desobediencia civil como un procedimiento más de formación de la voluntad política está íntimamente ligada a la concepción que se tenga sobre la democracia, sobre la participación política, sobre el valor de la ley y sobre el cambio político. Aquellos que sostienen una definición supuestamente procedimental o elitista de la democracia, suelen afirmar que los mecanismos mínimos de participación política -en elecciones periódicas y en algún que otro referéndum-, a la vez que deben conformar la legalidad en régimen de monopolio -tanto sustancial como materialmente-, son los más eficaces para preservar la estabilidad del sistema político frente a la excesiva presión de los cambios y de las nuevas demandas sociales.

En el fondo de estas consideraciones late una perspectiva neoconservadora y autoritaria de la política que reduce la democracia a estrechos procedimientos, que sustituye al pueblo como soberano supremo por instancias escasamente democráticas que interpretan lo político de manera inapelable, y que afirma que las nuevas formas de participación ciudadana en los asuntos públicos no son más que amenazas que comprometen gravemente la estabilidad o la gobernabilidad…”.

Desobediencia civil. ACCEDER.

Nuestro derecho a la rebelión. Pascual SERRANO.

 
“…Estas ideas tienen su origen en los teólogos cristianos. El dominico Francisco de Vitoria reconoce la licitud de robar cuando el hambre hace peligrar la vida humana o negarse a pagar un tributo en caso de que fuera injusto (Relecciones teológicas). El jesuita Juan de Mariana razonó acerca del derecho a la insubordinación (Del Rey y de la Institución Real 1598-1599). El padre Francisco Suárez (Discurso de leyes, 1612) reconocía la posibilidad de desobedecer y derrocar a quien detenta la autoridad cuando, ejerciendo el mando, incumple y vulnera sus funciones.

   Pues bien. Hoy nos están arrebatando nuestras viviendas…, nuestra educación…, nuestra sanidad…, nuestros derechos sociales…”.

Nuestro derecho a la rebelión. Por Pascual SERRANO. ...ACCEDER...

Educación para la ciudadanía.


EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA.

“Esta impotencia de la legítima instancia política ha convertido a nuestras asambleas legislativas, supuestamente soberanas, en un espectáculo basura en el que sólo discuten los que están básicamente de acuerdo en que hay ciertas cosas que no pueden ser discutidas: todas aquellas que dependen o que afectan a la economía.

   Mientras los parlamentarios buscan temas sobre los que discutir (las células madre o la lucha contra el terrorismo), los ministros de Economía declaran no sin cierto cinismo que hacen la política «que hay que hacer», pues, en efecto, la economía capitalista tiene sus reglas, sus necesidades y sus razones, aunque éstas no suelen coincidir con las razones y necesidades de las personas”.


“…para volver convincente la «ilusión de la ciudadanía» en estas condiciones son necesarios verdaderos imperios mediáticos con un ejército de miles de periodistas e intelectuales. Hay tanto cinismo en su discurso que hemos terminado por acostumbrarnos y considerarlo normal y realista. Los mismos que se encargan de alimentar día tras día la «ilusión ciudadana» (en lugar de denunciarla y combatirla) son los que se autoproclaman incondicionales defensores del Estado de Derecho.

   Y en cambio, se mira con mucha suspicacia a los que intentan llamar la atención sobre todo este tinglado ideológico que ha convertido la ciudadanía en una estafa. Se sospecha que se trata de izquierdistas con un oscuro y atávico resentimiento hacia la división de poderes y una inclinación instintiva hacia el totalitarismo estalinista.

   Este juego de manos se ve facilitado por el propio empecinamiento de la izquierda en meter la pata con el asunto del derecho «burgués». La estafa habría resultado mucho más difícil si la izquierda no se hubiera empeñado tan alegremente en regalar al enemigo el concepto de Estado de Derecho. Lo que había que haber hecho, al contrario, era demostrar que semejante proyecto es imposible bajo condiciones capitalistas de producción. Poner en evidencia a todos los que, diciendo defender el Estado de Derecho, no defienden, en realidad, más que unos privilegios históricos, del mismo modo que podrían defenderlos genéticos. En resumen, lo que habría que haber hecho es denunciar y desmontar la «ilusión ciudadana» que ha sido, al menos durante la segunda mitad del siglo XX, el arma ideológica más potente y eficaz del Primer Mundo”.


ACCEDER A:
EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA I.
EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA II.

Voluntad de lucha...Un buen libro para avanzar...





Martes 11 de septiembre de 1973. La primera resistencia…
(Ignacio Vidaurrázaga Manríquez). LOM ediciones, 2013. 330 páginas.

Todo aquel que posea experiencia política real, debe conocer la importancia del factor humano: valores y motivaciones, que inciden en el compromiso y el coraje; especialmente para enfrentar la actividad adversaria dirigida a generar incertidumbre, desmoralizar, anular la voluntad de lucha. Del reciente libro, de Ignacio Vidaurrázaga, Martes 11. La primera resistencia“, comenta Faride Zerán: “No es la descripción del horror o la denuncia de los atropellos de los derechos humanos lo que motivan las páginas de este libro. En esta investigación el protagonismo lo tienen quienes decidieron resistir con las armas desde las primeras horas del golpe, asumiendo que en este acto se les podía ir la vida, pero no así la dignidad…”.



19 de noviembre. Gonzalo Muñoz Aravena...


19 de noviembre. Gonzalo Muñoz Aravena…

 
Eras la juventud que desafía al viento
y un manantial en primavera
era la dirección de tu mirada
en tu rostro de sementera.
[Neruda
“A la memoria de Ricardo Fonseca”]
 
Porque todo lo que él quería
nosotros también lo queremos
Nosotros lo queremos hoy
Que la dicha sea la luz
En el fondo de los ojos en el fondo del corazón
y la justicia sobre la tierra
[Paul Eluard
“Gabriel Perí”]

 

Gonzalo, hace ya 28 años.

   Con un entorno familiar que sembró valores sociales, conmovido por el sufrimiento de otros, con la explotación, el dominio y el abuso, entendió que no podía permanecer indiferente; divisando sus causas, asumió su lucha orgánicamente.

   Jotoso de conducta digna, fraterno en el trato personal, leal con sus ideales y hermanos de lucha, para remover la dictadura, aportó -como joven comunista- en variados campos, haciendo presente la solidaridad colectiva.

   Buscó democracia real, procuró Justicia social.

   Su vida, como la de tantos otros compañeros y compañeras, guardan valor y poseen trascendencia mayor. La superación de enfoques deterministas sobre el desarrollo histórico hoy permite resaltar el enorme vigor de tales conductas, motivando, continuando la lucha por verdadero progreso colectivo, el que implica Justicia social, el que no obliga a vender cuerpo y alma para alimentarse.

   Lucharon para que las personas puedan vivir dignamente, y así avanzar la relación social o colectiva.

   Y es que para convivir es preciso vivir.

   Progreso que, lejos de profundizar una democracia paródica o corrompida, significa levantar una verdadera.

   Comportamientos marcados por la ética, el “hacer lo que se debe”, sin la cual no puede germinar el compromiso.  

   Su amor por el prójimo les impulsó a rechazar la dictadura, con desapego del interés individual, con entrega –literalmente- vital. Aunque se han publicado algunos libros y elaborado documentales, aún falta comunicar o transmitir suficientemente el enorme valor ético y político-social de tal opción, de tal generosidad.

   Constituyen trayectorias rebeldes que, al igual que la estrategia que valientemente encarnaron –y sus objetivos últimos- , hoy incomodan la ambición de burócratas presuntuosos/as (aquéllos serían “ultrones” según el vocabulario, conceptos y enfoque ideológico que éstos adoptan de sus nuevos conductores socialdemócratas).

   En aquel entonces, las conductas militantes ganaban el respeto del Pueblo, nutrían el ascendiente del Partido en la base y en la juventud, dignificándole y movilizando.
 

   Un saludo fraterno e intenso para todos los compañeros y compañeras que ya no están corporalmente, pero que viven –y palpitan- en nosotros. Gonzalo, al igual que Nelson, que Alejandro, que Germán, y que muchos otros, proyectan –aquí, ahora- lo mejor de la persona humana.

 
Gonzalo, luchador social.
Noviembre de 2013.

 

Frente a la desfiguración del Partido, valor ético y acción política del/ de la comunista

 
MIEMBROS DE LA DIRECCIÓN Y SU LLAMADO.
El Partido Comunista palpita en valores; sus fines implican la defensa de los intereses del Pueblo.
No es una organización política más. Las privaciones y el sacrificio de vida que exige requieren sustancia moral y preparación política. Sin ellas, queda a merced del oportunismo socialdemócrata y de sus operadores.
   Lo recordamos a propósito del drama estratégico, de fondo, denotado tanto en la carencia de creatividad, ideas y proyectos de Izquierda, como en la desorientación acreditada al apoyar –y comprometer al Partido de Recabarren- con Bachelet y su grupo.  
   

Hace algunos años, contenta con el golpista mercurial Agustín Edwards.
Se le asegura mantener el avisaje estatal para sustentar su empresa.

 
Sus impulsores soslayan que su funcionario de mayor confianza, su ministro del Interior, fue Edmundo Pérez Yoma (íntimo de Pinochet), con la secuela de mapuches -y dirigente sindical compañero Rodrigo Cisternas- asesinados por fuerza pública instigada desde Santiago.

Y que, en otra cartera clave, fue Velasco ministro de Hacienda.
   Ella es, verdaderamente, la sra. Bachelet. Y ellos son los individuos a quienes les encomienda las máximas tareas de gobierno.
   Durante veinte años incrustaron el régimen neoliberal en todos los planos de la vida nacional: económico, laboral, educacional, tributario, medio ambiental, cultural; hasta el deportivo (mediante las sociedades anónimas), corrompiéndose y corrompiendo.


La derecha actual son ellos; ellos son los conservadores; las patronales han gozado como nunca con Frei-Lagos-Bachelet; con ellos, los grandes grupos económicos no han tenido obstáculos para lucrar a costa de gente modesta; ni hablar de fiscalización por los servicios del Estado.
 

Ni Aylwin ni Frei ni Lagos ni Bachelet cumplieron programas.
   Y ahora ni siquiera hay programa.
   Tal como lo dijo el pasado lunes 28 de mayo cuando recibió a Teillier: “No hay compromisos, no hay tratos, no hay transacciones; y no hay programa, ya que para eso primero debo ganar el gobierno”.
   Hipocresía satisfactoria para una militancia sin preparación política, dirigida a servir a personas, no a ideales ni objetivos de cambio social.
   Muy al estilo PS.
   La concertación no funciona por compromisos; en 20 años, con el Parlamento a su favor, no lo hicieron. Ni siquiera lo intentaron, culpando a “la derecha”.
   ¿Imaginan a los controladores partidarios Andrade, Walker, Alvear, Vidal, Hales, Girardi, Quintana, Tarud cumpliendo compromisos?
   Revísese su conducta política o y/o legislativa, el cómo se han comportado realmente. Ellos controlan la concertación.

¿QUÉ BUSCAMOS LOS COMUNISTAS?
¿NOS SATISFACEMOS CON “PROFUNDIZAR LA DEMOCRACIA”?
Observemos a los promotores principales de involucrar al Partido con el grupo concertacionista. Tomaron el control partidario debido a una curiosa carrera interna, escalando posiciones gracias a un discurso totalmente distinto del que hoy, en la realidad, materializan.
   Es en estos últimos años que destaparon su interés socialdemócrata (1): es Teillier quien comenta hoy, textualmente, que hay que “profundizar la democracia”.
   Para él, estaríamos viviendo en “democracia”.  
   Que solamente habría que… “profundizarla”.
   Olvida que vivimos bajo división de clases. Con libertad patronal para despedir trabajadores, educación elitista, Justicia clasista, impunidad militar, criminalización y persecución policial y penal de sectores modestos, tributación favorable a grandes transnacionales y patrones locales, en fin.
   ¿Cómo un comunista puede afirmar que hay democracia; que sólo habría que “profundizarla” ?
   Ese es slogan propio de conciliadores, no del secretario general del partido del Pueblo, de raíz y esencia marxista.

   ¿Profundizar lo que no existe o está descompuesto?

   No puede haber democracia en una sociedad estructurada en clases, esencialmente injusta y estatalmente violenta. Y esa es la sociedad en la cual estamos.

Pulse sobre foto para extenderla.
 
   Si hablamos de democracia, los comunistas buscamos hacerla realidad (ya que no existe) en las relaciones colectivas. Para ello son necesarios cambios radicales que permitan Justicia social, superando vínculos de explotación de unos seres humanos por otros, y el régimen económico y social que los custodia.
   Y eso no se logra ni satisface con “profundizaciones” (de una “democracia” que, reiteramos, no existe), sino con cambios reales. Es tarea comunista abrir su posibilidad cierta, no cerrarla.
   No sobrevaloramos ni rendimos culto, ni a la legalidad gubernamental ni tampoco a la ilegalidad.
   No rechazamos la vía parlamentaria.
   Sabemos que sólo una estrategia amplia permite avanzar; que no debemos marginarnos ni permitir ser marginados; que debemos ocupar –o abrir- todos los espacios. Estamos conscientes que los métodos son variados, que -dentro de principios y valores- exigen uso simultáneo o alternativo, con oportunidad y eficacia.
   No objetamos luchar en ninguna área o nivel, menos cuando han sido espacios establecidos o ganados en combates sociales promovidos, históricamente, por la propia Izquierda.
   Sin embargo, se está haciendo transitar un camino totalmente distinto. La vía de la componenda cupular, perdiendo más de lo que se gana.
   Y cuyo efecto previsible es beneficiar a determinados militantes, aumentar su poder mediático y, así, su poder partidario interno (2); y es que, hoy en día, el primero alimenta al segundo.
   Tal cual ocurre en el PS y el PPD.
 
LA COMPONENDA CUPULAR FORTALECE A ALGUNOS, PERO DEBILITA AL PARTIDO.
PASAMOS, DE REVOLUCIONARIOS, A CLIENTELA Y COMPARSA ELECTORERA.
Obtener cupos en algunos distritos, mientras se renuncia a pelear en los cincuenta y tantos restantes (como se abandonó pelear más de 300 alcaldías, renunciando a exponer la posición comunista), si bien favorece a esos específicos candidatos del Partido (aquellos “aceptados” por la concertación, aceptación concretada en respaldo electoral efectivo), lesiona la movilización y la identidad comunista de los compañeros de todos aquellos distritos en que, sin candidatos propios (y sin programa, planteamiento o posición comunista), se “debería” apoyar, o actuar como comparsa de otras personas, que, lejos de ser “compañeros de ruta”, poseen conducta y objetivos políticos harto diferentes.
   Con ello, el Partido, en esas zonas (la inmensa mayoría del país), se paraliza (si no participa), o se desdibuja (si opera como comparsa de otros).
   Se abre la puerta del oportunismo individual; cercenados en su participación como actores, la militancia queda invitada a servir como operadora electorera de los oficiales concertacionistas; más apetecibles aun si es que son líderes sociales.
   Y que tendrán especial interés en que continúe la componenda, ya que asegurará conservar el sustento como operador local.
   El único Partido Comunista será el que aparece en las cámaras de TV, con las declaraciones conciliadoras del grupo ya conocido, y su aviso de nuevas componendas, porque los favores políticos hay que pagarlos en una cadena sin fin.
   Frente a ese poder mediático de algunos, con su inevitable autonomía de conducta (ya constatable en sus votaciones parlamentarias según su antojo), el resto de miembros de la Comisión política, del Comité central, y la militancia en general, no tendrían más que someterse a ellos.
   Favorece la acción de cúpula; para mantenerse, tendrá especial interés en continuar (y justificar) dicha práctica; pero, en la mayor parte del territorio (y ante sus habitantes), debilita o anula la presencia ideológica y personal, la identidad, lo que es ser comunista, y lo que se plantea.
   Sólo importará lo que diga el pequeño grupo mediático, o lo que se muestre de él.
   Al no presentarse, al no postular a nada, al no poder (la componenda lo ordena), ocupar espacios para presentar la plataforma propia, se reducirá más aun la posibilidad de que el Partido como tal -y sus integrantes locales-, puedan avanzar en esas zonas.
   Transformándose en meros espectadores, u operadores electoreros de la concertación.   
   Olvidando que la formación política del comunista pasa por ejercitar la actividad misma, por foguearse en la práctica misma.
   ¿Qué mejor regalo al adversario?

SEMBRAR DESAPEGO RESPECTO DEL PODER, NO SUMISIÓN.
No es tarea de los comunistas salvar la imagen de la concertación.
   Por el contrario, sí lo es sembrar independencia de espíritu o desapego del Pueblo respecto de la legalidad viciada y de la conducta oficial; que no condicione -ni menos determine- ni los objetivos, ni el camino para lograrlos.
    No obstante, hoy se promociona lo primero.
   No sólo están condicionando sino –incluso- determinando su conducta política según el agrado de la concertación, sembrando la mojigatería, el cretinismo: no hacer nada que pueda molestar a ese grupo.
   Uno de muchos casos: en su rol de parlamentarios, han incumplido la obligación de poner sobre la mesa, someter a discusión pública o cuestionar el artículo 161 del Código laboral (precepto legal concertacionista), que consagra el despido inmediato, cuando al patrón se le antoje, médula de la inestabilidad laboral, de la flexibilidad de las relaciones laborales, fibra íntima del neoliberalismo; sin él no puede funcionar.
   Aunque no se tengan votos, ni siquiera se ha procurado poner el tema sobre la mesa, incorporándole en la discusión pública.
   Curioso comportamiento legislativo, repetido en otras ocasiones, reveladoras de su desinformación y desorientación. Pese a tanto esfuerzo y cesiones para ubicarles allí.

DIRIGENCIA TAN DISTINTA DE LA QUE ENALTECIÓ AL PARTIDO.
La ramplonería y el oportunismo individual son eficaces para ampliar su dominio. Hoy dan el ejemplo: van personalmente a la oficina de una candidata a la presidencia, manchada de sangre trabajadora y de represión, que seleccionó a un criminal pinochetista por ministro del interior, para regalarle el respaldo del Partido; a cambio de nada para el Pueblo; ni hablar de un programa para el Pueblo.
   No gana el Partido ni el Pueblo; se benefician ellos, aumentando su poder individual y exaltando la trascendencia del trato de cúpula en desmedro de la actividad -e incidencia- de la base social.
   La base es ahora, simplemente, masa de maniobra para obtener objetivos individuales.
   No es casual que los mismos que pactan son los directamente favorecidos por sus propios pactos; obsérvese las comunas-distritos en donde negociaron su elección parlamentaria, a diferencia de las que les tocó a otros compañeros.
   Tampoco es casual que hoy no haya separación esencial entre los parlamentarios y la dirección partidaria, a la cual, por regla básica, deberían subordinarse.
   Así, hacen y negocian política para ellos mismos. Ya que ellos mismos, aumentando su poder individual favorecidos por el aparato mediático TV-Prensa (al cual le conviene que la facción socialdemócrata gane influencia), controlan -en la práctica- el aparato partidario.
   A la vez que se presiona hacia abajo el nivel de preparación política de la militancia; así, más fácilmente manejable.
   No profundizar nada; no examinar causas ni consecuencias; por el contrario, superficialidad y jolgorio bacheletista.
   El Partido se tiñe, está siendo “educado”, de ese comportamiento.
   Harto distinto de aquella dirigencia obrera y de educadores que vivía el rol de trabajador (esencial para dirigir un Partido Comunista), creativa y autoexigente, que enriqueció al Partido, le hizo respetable y respetado, atractivo -y motivador- no sólo para la clase según se la entiende, sino también para estudiantes, artistas e intelectuales, que concretaron esa admiración con su talento e inteligencia, multiplicando la convocatoria social.
   Cuya actividad y decisiones buscaban hacer avanzar al Pueblo y fortalecer al Partido, no a ellos mismos.
   Que combinaba rigurosidad con sencillez. Consciente de que, para dirigir un Partido Comunista, se debe poseer ascendiente, se debe cultivar autoridad moral.
   No obstante, reconocemos que en la desfiguración político-ideológica, han tenido su papel también entidades comunistas asesoras, copiando y sometiéndose a la intelectualidad socialdemócrata neoliberal, y a sus funcionarios estratégicos, particularmente en las áreas de Desarrollo social y de Trabajo y Previsión Social.
   Hace años que afectaba la sequía formativa, ideológica y práctica; estas son algunas consecuencias.

COMPORTAMIENTO LEGÍTIMO DE COMUNISTAS,
MILITANTES Y SIMPATIZANTES.
Es legítimo el camino de no apoyar ni ser partícipe político de tales gobiernos.
   Así lo sienten y entienden numerosas compañeras y compañeros comunistas, como aquellos que, en los años ‘70 y ‘80, encarnaron la resistencia. Lo manifestaron en las elecciones municipales pasadas, adhiriendo públicamente a candidatos o movimientos que, de una u otra forma, aparecen personificando ideales y proyectos populares; aquellos ideales y proyectos que miembros de la dirección nacional partidaria abandonaron.
   A aquellas compañeras y compañeros no se les puede exigir otra conducta. Su comportamiento está justificado según la propia legalidad partidaria, es decir, los valores que nutren y los objetivos políticos que son de la esencia de la organización. La opción de esos compañeros, lejos de vulnerar los intereses del Pueblo, reafirma, en cada uno, su valor ético y su claridad política.
   Es que la legalidad partidaria se nutre y se justifica sólo si se adecua a valores y a fines comunistas; si, respectivamente, los realiza y los busca o persigue.
   Ese es el fundamento del estatuto o código conductual comunista, su razón de ser, su justificación.
   La lealtad partidaria se realiza o encarna en su ajuste a tales valores y en la búsqueda de esos fines.
   Deberían reconocerlo los críticos, iracundos por su fracaso en Valparaíso, donde los votos de Izquierda fueron para los candidatos con programa popular, no para el democristiano perdedor sr. Pinto, prometido a la concertación por miembros de la dirección.
   Es legítimo no hacerse cómplice de la concertación. Es grave ingenuidad decidir temas esenciales considerando o creyendo que dentro de ella, o apoyándole, se podrá cambiar las cosas.
   Sus controladores son profesionales del engaño; sin escrúpulos para comportamientos corruptos.
   Participar de ellos por unos cupos ya está comprometiendo la independencia partidaria.
   Y saboteará la lucha social.
   ¿Podremos reclamar poblacional, laboral o estudiantilmente contra las medidas –o la inacción- de “nuestro propio gobierno”?
    ¿Recuerdan la denominada “Transición” de los años 90, y sus monsergas, que afianzaron el post pinochetismo?:
   No hay que molestar al gobierno”.
   “Eso beneficiará a la derecha”.
   No hagamos el juego a la derecha”. 
   Por todo ello, se abre la puerta, no para salir del Partido sino para profundizar la ética comunista, expandiendo conciencia de clase y activando la participación de la base social como creadora y actora de su propio destino.
   Es un derecho.
   También el respaldo a aquellos candidatos y candidatas que, mediante un programa serio y congruente, asumen y se comprometen con el interés e ideario del Pueblo, de los trabajadores.
   Ningún comunista, militante ni simpatizante, puede sentirse obligado a apoyar ni a la sra. Bachelet, ni a la concertación. Son estos quienes ampliaron y aseguraron el neoliberalismo que la dictadura inició.
   En relación a los intereses del Pueblo, son tan de derecha como la UDI-RN. Y así seguirán.

                                                                                          28 de mayo de 2013.

____

 
(1) En el funeral del compañero Volodia (febrero de 2008), Teillier avisa, como gran noticia, que gestiona la reincorporación al Partido de María Maluenda. No dijo que esta ex militante fue diputada por ocho años, por el PPD, y que no tuvo problema en votar aprobando las leyes que implementaron el neoliberalismo en Chile.
   A la vez, a otros compañeros -sin tales períodos de colaboracionismo con el adversario- se les censura y excluye.

(2) Hace ya tiempo un atento compañero húngaro previno la imperiosa “…necesidad de una entera subordinación del grupo parlamentario al comité central […] del partido, esto no deriva solamente de la necesidad absoluta de unificar la acción; esto contribuye también a rebajar sensiblemente en la conciencia de las grandes masas proletarias el prestigio del parlamento, prestigio que está en la base de la autonomía del grupo parlamentario, fortaleza del oportunismo”.