No debe extrañar el conflicto, a gritos, que hoy exhibe la Derecha política tradicional. Puede hacerlo ya que actualmente no tiene un enemigo real que amenace sus intereses de clase y su régimen económico, que le fuerce a cerrar filas, como en otra circunstancia ocurriría.
Es que, por muy peleados que estuviésemos con nuestros familiares o vecinos, de acaecer una amenaza común dejaríamos a un lado los desencuentros cerrando filas para enfrentarla.
Puede darse el lujo de pelear porque sus controladores reales (las grandes fortunas, el capital transnacional y el imperialismo), están confiados y tranquilos. Los intereses de estos sectores, que hasta hace algunos años la Derecha política tradicional representaba de modo único o exclusivo, continúan estando a salvo, aunque tal Derecha no controle ni el aparato Ejecutivo (Gobierno) ni el legislativo (Parlamento).
Es que las grandes fortunas y el Imperio también influyen en el otro conglomerado; porque sus enormes aportes (sustraídos de la labor de sus trabajadores), nunca han sido “gratuitos”. Y se nota -y se seguirá notando- en el modo y en la dirección en que gobiernan y legislan.
A continuación, los reportajes de CIPER CHILE, de 6 y 18 de noviembre de 2013. Acceder a documento.