FOUCAULT fue certero:
“No creo en absoluto que nuestra sociedad sea democrática. Si uno entiende por democracia el efectivo ejercicio del poder por una población en la que nadie esté dividido u ordenado jerárquicamente en clases, es absolutamente claro que estamos muy lejos de la democracia. Es también claro que vivimos bajo un régimen de dictadura de clases, un poder de clases que se impone a sí mismo mediante la violencia, siempre cuando los instrumentos de esa violencia son institucionales y constitucionales. Y esto ocurre en un grado que impide que exista una verdadera democracia”.

19 de noviembre. Gonzalo Muñoz Aravena...


19 de noviembre. Gonzalo Muñoz Aravena…

 
Eras la juventud que desafía al viento
y un manantial en primavera
era la dirección de tu mirada
en tu rostro de sementera.
[Neruda
“A la memoria de Ricardo Fonseca”]
 
Porque todo lo que él quería
nosotros también lo queremos
Nosotros lo queremos hoy
Que la dicha sea la luz
En el fondo de los ojos en el fondo del corazón
y la justicia sobre la tierra
[Paul Eluard
“Gabriel Perí”]

 

Gonzalo, hace ya 28 años.

   Con un entorno familiar que sembró valores sociales, conmovido por el sufrimiento de otros, con la explotación, el dominio y el abuso, entendió que no podía permanecer indiferente; divisando sus causas, asumió su lucha orgánicamente.

   Jotoso de conducta digna, fraterno en el trato personal, leal con sus ideales y hermanos de lucha, para remover la dictadura, aportó -como joven comunista- en variados campos, haciendo presente la solidaridad colectiva.

   Buscó democracia real, procuró Justicia social.

   Su vida, como la de tantos otros compañeros y compañeras, guardan valor y poseen trascendencia mayor. La superación de enfoques deterministas sobre el desarrollo histórico hoy permite resaltar el enorme vigor de tales conductas, motivando, continuando la lucha por verdadero progreso colectivo, el que implica Justicia social, el que no obliga a vender cuerpo y alma para alimentarse.

   Lucharon para que las personas puedan vivir dignamente, y así avanzar la relación social o colectiva.

   Y es que para convivir es preciso vivir.

   Progreso que, lejos de profundizar una democracia paródica o corrompida, significa levantar una verdadera.

   Comportamientos marcados por la ética, el “hacer lo que se debe”, sin la cual no puede germinar el compromiso.  

   Su amor por el prójimo les impulsó a rechazar la dictadura, con desapego del interés individual, con entrega –literalmente- vital. Aunque se han publicado algunos libros y elaborado documentales, aún falta comunicar o transmitir suficientemente el enorme valor ético y político-social de tal opción, de tal generosidad.

   Constituyen trayectorias rebeldes que, al igual que la estrategia que valientemente encarnaron –y sus objetivos últimos- , hoy incomodan la ambición de burócratas presuntuosos/as (aquéllos serían “ultrones” según el vocabulario, conceptos y enfoque ideológico que éstos adoptan de sus nuevos conductores socialdemócratas).

   En aquel entonces, las conductas militantes ganaban el respeto del Pueblo, nutrían el ascendiente del Partido en la base y en la juventud, dignificándole y movilizando.
 

   Un saludo fraterno e intenso para todos los compañeros y compañeras que ya no están corporalmente, pero que viven –y palpitan- en nosotros. Gonzalo, al igual que Nelson, que Alejandro, que Germán, y que muchos otros, proyectan –aquí, ahora- lo mejor de la persona humana.

 
Gonzalo, luchador social.
Noviembre de 2013.